RECHAZÓ LOS CARGOS Y LA ACUSACIÓN OFICIAL.   

17/10/2015
 
Durante la 10º jornada de audiencias del juicio por las irregularidades, Rubén Beraja concluyó y redondeó su declaración indagatoria iniciada en la audiencia previa (ver:“Beraja planteó una estrategia…”).



Antes de ser invitado a continuar, el Secretario del Tribunal informó que en la audiencia están presentes “las partes indispensables para estar presentes”, una manera algo forzada para decir que varios de los imputados ya no vienen ni a las audiencias por no estar obligados a ello. Entre otros: Menen, Telleldín, Stinfale, Boragni, Anchezar, Palacios, etc.. Sus abogados los representan.

Al retomar la palabra, Beraja habló por algo más de 4 hs y avisó que sólo respondería a las preguntas que le hicieran su defensa y el Tribunal.


Se lo acusa de un delito pequeño en la escala penal, como es el delito de partícipe secundario de peculado (malversación de fondos públicos) por haber consentido el pago a Telleldín por su declaración. Pero Beraja entendió que la acusación era importante no por su cuantía penal sino por ser una acusación política extensiva a la dirección judía local y que es usada como ariete para las relaciones internacionales con el lobby judeo americano e Israel.

Apelando a su condición de dirigente nacional e internacional de esa comunidad contó un sinfín de anécdotas que lo tuvieron por protagonista de una verdadera lucha política por imponer “la verdad” conocida -según dijo-por los expertos internacionales y de la SIDE.

Hizo una defensa política de su versión de los hechos (su relato) contra el giro político y zigzags del Estado nacional que, bajo este gobierno, terminaron acusándolo y haciéndolo “blanco de una campaña difamatoria impulsada desde el poder con sus medios y acólitos incondicionales”.

Ratificó sus dichos anteriores y dio ejemplos acerca de cómo intentaron superar la falta de cohesión del Estado y la falta de coordinación que exhibían sus poderes para actuar ante el atentado. En todo momento se presentó como un productor de iniciativas y un constructor de puentes que acercaran el Estado a la política internacional de las potencias “expertas”. 
¿A quién se le puede ocurrir que él alentó algún encubrimiento si siempre impulsó la acusación contra Irán y Hezbollah? se preguntó retóricamente, como si esa política que la dirección de la comunidad alentó y que el Estado nacional compartió con las grandes potencias no fuera la base del encubrimiento internacional  de las potencias y de las responsabilidades criminales del Estado nacional.

HECHOS NO CONOCIDOS


“Se nos acusa de confundirnos con el gobierno y el Estado… No hubo complicidad ni armonía” con el gobierno Menem, dijo, concluyendo que no hubo un proyecto para desviar la investigación y menos aún complicidad con lo que nunca habría existido.

Para reforzar estas ideas, contó experiencias y hechos no conocidos hasta ahora porque “mientras tanto tuvimos que seguir gestionando la relación con el gobierno”.

1) Su relación con el menemismo incluía la tirantez y la protesta.
  • Los vínculos con el gobierno fueron muy fluidos después del atentado. El 22 de julio de 1994, al día siguiente de la “Marcha de los paraguas” -el acto de repudio en Pza. Congreso donde la multitud chifló al presidente impidiéndole hablar- se reunieron en la quinta de Olivos miembros de la dirección de DAIA/AMIA con Menem, en presencia de ministros, integrantes del Servicio de Inteligencia y hasta un rabino norteamericano miembro del Comité Judío Americano.“Si se comprueba que es Irán debemos romper relaciones inmediatamente”, dijo Menem. “Me fui de allí con la sensación que el gobierno estaba dividido acerca del curso a seguir, pero Menem parecía más determinado que el resto”, agregó Beraja. Y su percepción fue avalada tiempo después por el ex embajador de los Estados Unidos, James Cheek.Como resultado de la reunión, la DAIA fue invitada a otro encuentro en la SIDE, donde se les informó de la marcha de las investigaciones y del papel que habría tenido Rabbani.
  • Beraja mostró que los vínculos y relaciones políticas con el gobierno incluían la tirantez que DAIA buscó superar sin hacer olas. Contó que pocas horas después del acto de Congreso, primero desde Radio Nacional y luego desde el programa radial de Neustadt, los voceros del gobierno introdujeron críticas a la dirección judía por el manejo del acto.
    “Tengan cuidado…. No despierten a la bestia dormida”, advertía Neustadt. “Por qué esos mensajes oblicuos?... Me comuniqué con Bauza, pidiéndole que desactivara a Neustadt… ‘Quién es la bestia dormida? Dónde está?’... Bauzá me dijo: “Déjelo en mis manos”.
    Querían evitar “caer en el pozo de la pequeña política nacional”.  

2) Beraja se codeaba en los círculos internacionales.
  • Al mes siguiente fue invitado a exponer ante una Comisión del Congreso de Estados Unidos. Allí destacó la importancia de defender el Estado de Derecho ante el desafío terrorista internacional, con episodios en Panamá, Londres y Buenos Aires. En ese viaje también entrevistó al Nº 2 de contraterrorismo de la CIA que le dio información que de otra manera no hubiera tenido. Al regresar, dejó sentada su protesta ante la Cancillería por el desplante del embajador Granillo Ocampo y su comitiva que se retiraron del Congreso americano cuando él iba a comenzar su exposición.
  • Volvió a hablar ante el Congreso de Estados Unidos (28/09/95), ratificando la necesidad de bloquear al terrorismo internacional en defensa de la democracia. Y al regresar a Buenos Aires lo primero que hicieron fue exigir que se prohibiera la actividad de Hezbollah, actividad que no existía en el país, logrando un pronunciamiento diplomático en ese sentido.
  • Mantuvo reuniones con Warren Christopher, Secretario de Estado de Bill Clinton, quien prometió el envío de información y que finalmente no cumplió por la desconfianza que le generaban los servicios de inteligencia argentinos.

3) DAIA articuló la relación entre la Policía Federal y la Bonaerense.
  • Después del acto del primer aniversario del atentado, una delegación de DAIA/AMIA se entrevistó con el jefe de la “maldita Bonaerense”(Klodczyk) y de la Policía Federal (Pelacchi) logrando que establecieran las “relaciones institucionales” que hasta entonces no tenían.Recordó que fruto de ese acercamiento, la misma Bonaerense comenzó un sumario interno contra Ribelli.

4) No hubo "conexión local".  No hay "conexión" ajena a Irán.
  • El 18 de julio por la noche, once horas después del atentado, Beraja y una comitiva de DAIA/AMIA estuvieron en la Casa Rosada, donde fueron recibidos por funcionarios que revelaron que las sospechas del gobierno se orientaban a la responsabilidad “Carapintada”. Beraja lo desestimó argumentando que eso no era compatible con la investigación que la SIDE había hecho de la responsabilidad de Hezbollah en el atentado a la Embajada, y que en éste se reproducía su “copyright”.
  • Cuando refiere a “conexión local” aclara que se refiere a los apoyos que embajadas exteriores prestaban acá para la comisión del atentado.
    Con un razonamiento así, no tiene sentido hablar de conexión local. La insistencia en negar cualquier vínculo con las estructuras nativas aún cuando los funcionarios lo daban por cierto, habla por sí solo del rol encubridor de la dirección de DAIA / AMIA.
5) DAIA propuso el armado de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Investigaciones. 
  • Beraja contó que en 1995 se le ocurrió que a la labor de la justicia era importante sumar al Congreso Nacional, iniciando las gestiones para crear la Comisión Bicameral que terminó encubriendo a Galeano y los fiscales para dar lugar a lo que se conoció como “juicio histórico” y que terminó reforzando la impunidad.
  • Beraja no explicó por qué hoy en día, cuando la investigación sobre el atentado está paralizada y él denuncia a este “juicio sustituto” como nacido en los laboratorios del gobierno, DAIA y AMIA se manifiestan en contra de formar una Comisión Investigadora Independiente en el ámbito del Congreso.
6) El acto del “Yo acuso…” fue tumultuoso.
  • Para descomprimir la presión por la falta de resultados y el descontento de los familiares con el gobierno y la dirección comunitaria, la DAIA y la AMIA patrocinaron un informe suscripto por D’Alessio, Zaffaroni, Arslanian y Gil Lavedra que avalaban lo actuado por Galeano. Leyó la presentación que hicieron ante el juez de esa supuesta “denuncia”, donde reclamaron “medidas procesales que contribuyan a consolidar las instituciones de la República”, pero donde no se denunció a nadie.“Sabemos de las fallas de la Justicia, pero ante las fallas pedimos más Justicia y más sistema”, agregó para ejemplificar su diferencia con los familiares.
  • Beraja defendió expresamente su actuación y la de DAIA/AMIA frente al reclamo del público para que diera los nombres de los responsables de “obstaculizar” la justicia. “Decidimos no dar la lista de las personas que debían investigarse”… “Este es el estilo que debe imponerse en Argentina. Debíamos actuar con seriedad”, concluyó.
Para terminar, consideró que lo manifestado lo muestra lejos de las acusaciones de encubrimiento, insistiendo que no se puede vincular el cobro de Telleldín con la intencionalidad de desviar, ni se debe hablar de “pista siria” de manera autónoma, desvinculada de la responsabilidad de Irán.

Hasta aquí, Beraja hizo el mejor aporte a las defensas de Menem, Galeano, los fiscales, Telleldín, etc. Y volvió a manifestar su preocupación para que este juicio no resulte en un ocultamiento de lo que no avanza: la investigación del atentado.


Después de totalizar casi 9 hs de un monólogo, ni su abogada defensora ni los jueces tuvieron alguna pregunta para hacerle.